Como padres primerizos, es natural sentir cierta preocupación por esta delicada zona, ya que el ombligo es una cicatriz que nos recuerda que alguna vez estuvimos conectados a nuestra madre de manera literal. En este texto, te guiaremos a través de los pasos esenciales para mantener el ombligo de tu pequeño limpio, sano y en vías de una rápida cicatrización.
Importancia del cuidado del ombligo
Inmediatamente después del nacimiento, el cordón umbilical que conectaba al bebé con la madre se corta, dejando un pequeño muñón o remanente que se conoce como el ombligo. Este muñón se secará y caerá naturalmente entre los 5 y 15 días posteriores al parto. Durante este proceso, es fundamental mantener el ombligo limpio y seco para prevenir infecciones.
Te puede interesar: ¿Qué ocurre si se moja el ombligo del recién nacido?
Una adecuada limpieza y cuidado del ombligo no solo favorece la cicatrización, sino que también evita complicaciones como la onfalitis, una infección del ombligo y los tejidos circundantes que, aunque poco frecuente, puede diseminarse rápidamente si no se atiende a tiempo. Por lo tanto, dedicar unos minutos diarios a la cura del ombligo es una tarea sencilla pero esencial para la salud y bienestar de tu bebé.
Materiales necesarios para la limpieza del ombligo
Antes de comenzar con la limpieza del ombligo de tu bebé, es importante tener a mano los siguientes materiales:
- Gasas estériles
- Alcohol al 70% o clorhexidina (antiséptico transparente)
- Toallas o paños limpios y suaves
- Pinzas o tijeras (si es necesario recortar el cordón)
Mantener estos elementos cerca de la zona de cambio de pañal facilitará la cura diaria y garantizará que el ombligo se mantenga en óptimas condiciones.
Pasos para la limpieza del ombligo
Sigue estos seis pasos sencillos para realizar la limpieza y cuidado del ombligo de tu bebé:
- Lávate las manos: Comienza lavando tus manos con agua y jabón antes de tocar el ombligo del bebé. Esta medida de higiene es fundamental para evitar la transmisión de gérmenes.
- Usa una gasa estéril empapada en antiséptico: Moja una gasa estéril con alcohol al 70% o clorhexidina y limpia suavemente el área alrededor de la herida del ombligo. Evita utilizar soluciones con color, como el mercurocromo o el yodo, ya que pueden dificultar la evaluación de posibles signos de infección.
- Seca cuidadosamente la zona: Utiliza una toalla limpia y suave para secar por completo la zona del ombligo. Asegúrate de que quede completamente seca, ya que la humedad excesiva puede propiciar infecciones y retrasar la cicatrización.
- Cubre el ombligo con una gasa estéril: Toma otra gasa estéril y envuélvela alrededor del muñón umbilical, asegurándote de que el pañal quede por debajo del ombligo, sin oprimirlo.
- Repite el proceso varias veces al día: Realiza esta cura del ombligo cada vez que cambies el pañal de tu bebé o cuando observes que se ha ensuciado. Lo ideal es repetir el proceso 3 o 4 veces al día para mantener el área limpia y seca.
- Vigila atentamente el proceso de curación: Mantén un ojo atento a cualquier signo de infección, como enrojecimiento, hinchazón o mal olor en la zona del ombligo. Si observas alguno de estos síntomas, consulta de inmediato con tu pediatra.
Señales de infección
La infección del ombligo y los tejidos circundantes se conoce como onfalitis. Afortunadamente, esta complicación solo se presenta en aproximadamente el 0.7% de los bebés recién nacidos. Sin embargo, es importante estar atento a los siguientes signos que podrían indicar una infección:
- Mal olor proveniente del ombligo
- Enrojecimiento o inflamación de la piel alrededor del ombligo
- Secreción amarillenta o purulenta en la zona
- Fiebre en el bebé
Si observas cualquiera de estos síntomas, es fundamental acudir de inmediato al pediatra, ya que será necesario aplicar un antiséptico tópico específico para tratar la infección.
Te puede interesar: ¿Cómo saber si el ombligo de mi bebé está bien?
¿Cuándo se cae el cordón umbilical?
Lo habitual es que el cordón umbilical se desprenda y caiga de manera natural entre los 8 y 10 días después del nacimiento. Sin embargo, en bebés nacidos por cesárea o con un cordón más grueso, este proceso puede extenderse hasta los 15 días.
Si el cordón no se ha caído después de 20 días, se recomienda acudir al pediatra para descartar cualquier problema en la anatomía o el sistema inmunitario del bebé que pueda estar retrasando este proceso.
Es importante tener en cuenta que, incluso después de la caída del cordón, puede continuar produciéndose una pequeña secreción o «babilla» en la zona del ombligo. En estos casos, se aconseja seguir realizando la cura del ombligo durante 2 o 3 días más, hasta que la herida esté completamente cicatrizada.
Bañar al bebé con el cordón umbilical
Tradicionalmente, se recomendaba bañar al recién nacido por partes para evitar mojar el cordón umbilical antes de que este se desprendiera. Sin embargo, en la actualidad, los expertos sugieren que se puede bañar al bebé normalmente con agua y jabón, siempre y cuando se seque muy bien la zona del ombligo después.
Lo importante es mantener el cordón y el ombligo limpios y secos, independientemente de si el bebé se baña de forma completa o por partes. Evita envolver el cordón en gasas, ya que esto puede retrasar su caída y propiciar la aparición de infecciones.
¿Qué hacer si el cordón umbilical sangra?
Es normal que se produzcan pequeños sangrados cuando el cordón se está desprendiendo. Sin embargo, si observas un sangrado abundante, debes comunicarte de inmediato con el pediatra de tu bebé.
Un sangrado excesivo puede deberse a un traumatismo, una mala ligadura del cordón o a problemas en la coagulación. En estos casos, el profesional de salud evaluará la situación y determinará el tratamiento más adecuado.
Granulomas en el ombligo del recién nacido
En ocasiones, en lugar de secarse por completo, el cordón umbilical puede formar un tejido cicatricial rosado conocido como granuloma. Este granuloma suele drenar un líquido amarillento y transparente, y generalmente desaparece en aproximadamente una semana.
Si el granuloma no se resuelve por sí solo, es necesario consultar al pediatra, ya que este podría requerir un tratamiento específico, como la aplicación de un antiséptico o, en casos más complejos, una intervención quirúrgica.
Recomendaciones finales
Recuerda que el cuidado diario del ombligo de tu bebé es fundamental para prevenir infecciones y favorecer una rápida cicatrización. Sigue estos consejos finales para asegurar el bienestar de tu pequeño:
- Mantén siempre limpias y desinfectadas tus manos antes de tocar el ombligo.
- Utiliza únicamente gasas estériles y soluciones antisépticas recomendadas por tu pediatra.
- Asegúrate de que el ombligo esté siempre seco, sin envolverlo en gasas.
- Vigila atentamente cualquier signo de infección y consulta de inmediato con el médico si los detectas.
- Si el cordón no se ha caído después de 20 días, acude al pediatra para descartar problemas.
Cuidar del ombligo de tu bebé recién nacido puede parecer una tarea delicada, pero siguiendo estos pasos sencillos, lograrás mantener esta zona limpia, sana y en vías de una rápida cicatrización. ¡Recuerda que tu bebé merece la mejor atención y cuidados!
Referencias
- Healthwise. (24 de Octubre de 2023). Cuidado del cordón umbilical. Cigna.
- Kaneshiro, N. K., y Dugdale, D. C. (11 de Junio de 2023). Cuidado del cordón umbilical en recién nacidos. Medline Plus.
- Nuevo, M. (28 de Febrero de 2023). Cuidados e higiene del ombligo del bebé recién nacido. Guía Infantil.
- Ruiz, C. (26 de Noviembre de 2015). Cuidados del bebé: curar el ombligo del recién nacido. Natalben.
- Sánchez Soria, L., y Domínguez Rodríguez, V. (20 de Marzo de 2024). Aprende a limpiar el cordón umbilical del recién nacido en casa. Tu Canal de Salud.
¡Haz clic para puntuar esta entrada!
0 comentarios