Cada etapa del desarrollo de un bebé trae consigo nuevos desafíos y cambios, y la lactancia materna no es la excepción. A medida que el recién nacido crece rápidamente en los primeros meses, es común que los padres observen períodos en los que el bebé parece más hambriento, inquieto o incluso irritable. Estos momentos se conocen como «crisis de lactancia» o «brotes de crecimiento», y son una parte natural y esperada del proceso de desarrollo infantil.
¿Qué son las crisis de lactancia o brotes de crecimiento?
Las crisis de lactancia o brotes de crecimiento son períodos en los que el bebé experimenta un crecimiento acelerado e intensivo en un período de tiempo relativamente corto. Durante estos momentos, el infante suele demandar más leche materna con mayor frecuencia, lo que puede generar preocupación en los padres sobre si están produciendo suficiente leche. Sin embargo, estos episodios son una respuesta natural del cuerpo del bebé a sus necesidades cambiantes de nutrición.
Crecimiento acelerado en los primeros meses
En los primeros doce meses de vida, los bebés experimentan un crecimiento vertiginoso. En promedio, los recién nacidos aumentan 25 cm de estatura y triplican su peso al nacer. Incluso la circunferencia de la cabeza crece considerablemente, especialmente durante los primeros cuatro meses. Este ritmo de crecimiento suele ser constante, pero también puede presentar aceleraciones puntuales, dando lugar a los brotes de crecimiento.
La fábrica de leche materna
Es importante entender que el pecho materno no es un almacén de leche, sino una fábrica que produce la cantidad necesaria según la demanda del bebé. Cuanto más succiona el infante, más leche producirá la glándula mamaria. Por lo tanto, los períodos de mayor demanda de leche por parte del bebé desencadenan un aumento en la producción para satisfacer sus necesidades nutricionales cambiantes.
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¿Cuándo suceden las crisis de lactancia o brotes de crecimiento?
Existen varios momentos clave en los que es común que los bebés experimenten estos períodos de crecimiento acelerado y mayor demanda de leche materna:
Crisis de los 15-20 días
Después de recuperar el peso perdido al nacer, que suele ocurrir en los primeros 10-15 días, muchos bebés atraviesan una primera crisis de lactancia alrededor de las 3 semanas de vida. Durante este período, el infante puede mostrarse más inquieto, demandar el pecho con mayor frecuencia y, en ocasiones, incluso devolver leche debido a la gran cantidad que está ingiriendo.
Crisis de las 6-7 semanas
Hacia el mes y medio de vida, los bebés suelen experimentar una segunda crisis de lactancia. Al igual que en la crisis de los 15-20 días, el niño necesita más leche y, por lo tanto, aumenta la frecuencia de las tomas. Esta etapa también puede ir acompañada de cambios en el comportamiento del bebé, como inquietud, llanto y agitación durante la lactancia.
Crisis de los 3 meses
La crisis de los 3 meses es considerada la más importante de todas. En este momento, los patrones de alimentación del bebé suelen cambiar, con tomas más espaciadas pero más efectivas. Sin embargo, esto puede generar diversas interpretaciones por parte de los padres:
- El bebé ya no pide el pecho tan a menudo, lo que puede hacer pensar a la madre que no tiene suficiente leche o que el niño ya no tiene hambre.
- Las tomas se vuelven más breves, lo que puede hacer creer a la madre que su producción de leche ha disminuido.
- El bebé se distrae con facilidad durante la lactancia, lo que puede interpretarse como rechazo al pecho.
- La ganancia de peso del bebé suele ser menor durante esta etapa, lo que puede preocupar a los padres.
- El bebé comienza a chuparse los dedos, lo que puede confundirse con señales de hambre.
Estas percepciones pueden llevar a muchas madres a optar por finalizar la lactancia materna durante este período, cuando en realidad se trata de una transición natural en el proceso de amamantamiento.
Crisis del primer año de vida
Aunque menos común que las anteriores, también puede haber una crisis de lactancia alrededor del primer año de vida del bebé. En esta etapa, el niño suele mostrar menos interés por los alimentos sólidos, mientras que demanda una mayor cantidad de leche materna. Esto se debe a que el crecimiento del bebé se ralentiza en comparación con los meses anteriores. Es importante no eliminar la lactancia materna durante esta fase, ya que el bebé recibirá menos nutrientes de otras fuentes. Hacia los 15-18 meses, el interés por la alimentación sólida volverá a aumentar a medida que la velocidad de crecimiento se incrementa nuevamente.
Señales de las crisis de lactancia o brotes de crecimiento
Aunque cada bebé es único y puede presentar signos diferentes, existen algunas señales comunes que pueden indicar que el niño está atravesando una crisis de lactancia o un brote de crecimiento:
Aumento de la demanda de alimentación
Durante estos períodos, los bebés suelen tener más hambre de lo habitual. Pueden mostrar signos como:
- Llanto frecuente
- Inquietud
- Sacar la lengua
- Llevarse las manos a la boca
- Hacer sonidos de llamada
Cambios en el estado de ánimo
Los bebés pueden parecer más irritables o malhumorados justo antes de una crisis de crecimiento. Sin embargo, estos síntomas también pueden deberse a otras causas, como cólicos.
Disminución del sueño
Es común que los bebés duerman menos durante los brotes de crecimiento, ya que pasan más tiempo alimentándose.
Cómo manejar las crisis de lactancia o brotes de crecimiento
Cuando tu bebé muestra señales de estar experimentando una crisis de lactancia o un brote de crecimiento, puedes tomar algunas medidas para ayudarlo a atravesar este período de manera más tranquila:
- Alimenta a demanda: Asegúrate de dar de mamar a tu bebé cada vez que tenga hambre, sin limitaciones de frecuencia o duración. Esto estimulará la producción de leche y satisfará sus necesidades nutricionales cambiantes.
- Crea un ambiente tranquilo: Procura ofrecer un entorno relajado y sin distracciones durante las tomas, con poca luz y ruido. Esto ayudará a tu bebé a concentrarse y alimentarse mejor.
- Evita la irritabilidad: Si has descartado otras causas de malestar, intenta calmar a tu bebé mediante técnicas como mecerlo, abrazarlo o hablarle suavemente. Esto le ayudará a estar más tranquilo y receptivo durante la lactancia.
- Ten paciencia: Recuerda que estos brotes de crecimiento son temporales y forman parte del desarrollo natural de tu bebé. Con el tiempo, la situación se normalizará y tu pequeño volverá a su ritmo habitual de alimentación.
Conclusiones
Las crisis de lactancia o brotes de crecimiento son una etapa común y esperada en el desarrollo de los bebés durante sus primeros meses de vida. Estos momentos se caracterizan por un aumento en la demanda de leche materna, lo que puede generar preocupación en los padres, pero son una respuesta natural del cuerpo del niño a sus necesidades nutricionales cambiantes.
Al estar atentos a las señales de estas crisis, como mayor hambre, cambios de humor e inquietud, y al responder adecuadamente ofreciendo alimentación a demanda, creando un ambiente tranquilo y teniendo paciencia, podrás ayudar a tu bebé a superar estos períodos de crecimiento acelerado de manera más serena y sin interrumpir la lactancia materna.
Recuerda que cada bebé es único y puede experimentar estas crisis de manera diferente, pero en general son una etapa normal y esperada en el desarrollo de tu pequeño. Confía en tu instinto materno y en los profesionales de la salud, quienes podrán orientarte si tienes alguna duda o inquietud adicional.
Referencias
- Dodot. (24 de Agosto de 2023). Brotes de crecimiento o crisis de lactancia: ¿cómo identificarlos?
- González, C. (29 de Julio de 2013). Crisis o brotes de crecimiento. El Parto es Nuestro.
- Padró, A. (8 de Noviembre de 2022). Crisis de lactancia de los 15 días. LactApp.
- Padró, A., y Torras, E. (7 de Marzo de 2016). Crisis o brotes de crecimiento. Alba Lactancia Materna.
- Suavinex. (15 de Enero de 2021). Crisis de lactancia, ¿sabes cuándo y por qué se producen?
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